
Daibutsu no
Fuyu-bi wa yama e
Utsurikeri
El sol de invierno
Se ha ido del Gran Buda
A la montaña
En el silencio
De la lluvia que amaina
La voz de un mirlo
Kotori
La fiebre no abandonaba el cuerpo de Takeshi y Hanako hizo ya todo cuánto estaba en sus manos. Hoshi la abrazó con dulzura, con lágrimas tiernas escapando de sus ojos. La concubina practicó las primeras curas en el costado del samurái; le quitó la armadura y rasgó, como pudo, su...