O-KAERI NASAI

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domingo, 6 de junio de 2010

RAN. Capítulo XXIII. "REISEI" 冷静. La Calma antes de la Tormenta


Kogîdete
Tôki kokoro ya
Mushi no koe

Partiendo en barca,
Un corazón que se aleja...
El canto de los insectos


Las aguas fueron calmándose a medida que los corazones volvían a latir en el  ritmo normal de la vida. Los amantes respiraban entre jadeos de dicha por la unión de los cuerpos. Abrazados, muy juntos, percibieron la llegada del amanecer sobre el lago, los cálidos rayos del nuevo sol que alumbraba el Imperio. Las manos continuaban sus caricias, llenas de ternura y excitadoras a la vez, provocando nuevas miradas de complicidad, nuevas ansias de entrega mútua, piel contra piel y besos húmedos de deseo.
Takeshi besaba a Hanako adorando su rostro, sus labios, frente, mejillas, todo era digno de pleitesía y de admiración; y Hanako se dejaba hacer...era maravilloso sentirse así, amada, deseada y adorada. Sus pequeñas manos rodearon los hombros del soldado, sin atreverse a abarcar todo su perímetro: se sentía indefensa y a la vez protegida, minúscula ante el cuerpo poderoso del hombre que la acariciaba sin tregua, queriendo poseerlo del todo, no sólo su cuerpo sino también su mente y su alma. Sobre todo su alma. Se recreó en su sensualidad y sintió el poder de la carne en el roce de su cadera con la masculinidad de él, y se movió contra la dureza, dejándose llevar por el deseo. El samurái creyó que moriría de placer al sentir el roce de Hanako. Esta vez las cosas serían diferentes. Ya no había urgencia ante la separación, únicamente el sentimiento intenso que debe ser disfrutado largamente, sin prisas, paladeando ese instante de comunión íntima. Los rayos del sol crecieron en el cielo, intensos y cegadores, y ellos se amaron de nuevo, guiandose como dos invidentes a través de un trémulo resplandor.

Taro decidió seguir el rastro de Takeshi, preocupado por el joven samurái, pero sobre todo, sorprendido por su marcha imprevista, sin una palabra, sin un por qué. Despertó a Hoshi con brusquedad, provocando que diera un respingo sobresaltado y lo mirara somnolienta y con el ceño fruncido.
-Despierta amor, Takeshi se ha ido.
-¡Ido!... ¿ido?, ¿de qué me estás hablando?, Taro...no, no...entiendo.
-Te repito que Takeshi se ha ido, se ha marchado, ha volado...literalmente, sobre Kamikaze.
Hoshi se restregó los ojos para apartar el sueño de ellos. Se espabiló de pronto y se puso en pie.
-¿Cómo qué se ha ido?, ¿sin nosotros?, menudo sinver....
-Shhhh, ¡cálla mujer!, deja de preguntar pues no tengo respuestas y deja también de maldecir. Te quiero, pero soy capaz de taparte la boca para poder escuchar mis pensamientos.
Hoshi retrocedió intimidada por la contundencia de las palabras del general, pero sonrió satisfecha. Taro era, sin duda, el complemento perfecto para dar equilibrio a su vida, una vida que ya requería de su presencia para ser completa. Se acercó al hombre y se alzó de puntillas para besarlo en los labios.
-Taro, amor...mejor será que vayamos tras él cuanto antes, pues a su lado, seguro que hallamos a mi pequeña flor sana y salva.
Taro rió con ganas ante el optimismo de Hoshi. Era una de las razones por las que tanto la amaba. Ella conseguía ver esperanza cuando todos creían haberla perdido. La enlazó por la cintura y la besó fuertemente en los labios. La estrella le echó las manos al cuello para responder de forma entusiasta y Taro se sintió desfallecer. Bueno, pensó, ya que Hoshi estaba tan convencida de que Takeshi y Hanako se encontraban seguros y maravillosamente a salvo,  bien podrían esperar un poco más a que ellos los encontraran...antes debía "arreglar" unas cuantas cosas con la hermosa sirvienta.

Nakamura, el general al mando de los hombres del shogún Ashikaga tras la muerte del veterano Kazuo, batía el bosque con detallada pulcritud. Sus órdenes, dictadas por el mismo gobernador no hacía muchos días antes, fueron claras y contundentes. Debía encontrar a Kasumi, El Hijo de la Niebla, apresarlo con vida -Ashikaga fue muy claro al respecto-, llevarlo a palacio y someterlo al gran Señor para que éste hiciera justicia por las barbaridades cometidas en acto de servicio y la traición al pueblo de Japón. Nakamura le tenía unas ganas terribles al infame traidor. Kazuo siempre tuvo la razón de su parte al sospechar de él. Y el hombre de confianza del gobernador se arrepentía de no haber escuchado sus sabias palabras y no haber creído en la intuición del viejo soldado. Pero se juró a sí mismo que lo atraparía...por los dioses que gobernaban la gran familia Nakamura.
El general dio la orden de partida al batallón de hombres leales al clan Ashikaga que juraron por su honor morir antes que regresar sin El Hijo de la Niebla.

Los amantes dormían bajo un gran roble a orillas del lago. Exhaustos y felices descansaban el uno en brazos del otro, escuchando el latido de sus corazones, sus cuerpos por fin relajados pero sus almas inquietas. Porque aún no podían vivir plenamente esa dicha que ahora compartían. Su mundo se hallaba en guerra y su país se debatía entre dos lealtades; escoger al heredero del Shogún era realmente lo que menos importaba para el destino del país. la guerra era solo una excusa para que los clanes de los dos daimyo más poderosos se disputaran el poder, territorios y riquezas que ello conllevaba. Takeshi agradeció infinitamente el haber conocido a Hanako y la amaba tanto, con tanta pasión, que pensaba pedirla en matrimonio al Shogún, aunque fuera su concubina. Algo en su corazón le susurraba que el gran Señor no se opondría.
Mientras sus pensamientos volaban a la ciudad de Kyoto y a su petición al gobernador, una fuerte voz le asustó provocando que sus ojos se abrieran enormemente.
-Vaya, vaya, mira qué par de tortolitos...ciertamente, hacen una buena pareja. Hicimos bien en volver al campamento, algo me decía que íbamos a encontrarnos con algo interesante.-Kasumi los observaba desde lo alto de su caballo.- Kazahaya, según tu opinión debemos tenerlos en posición de kô, rodeados dentro de nuestro espacio.
Kazahaya rió abiertamente con una estruendosa carcajada y respondió sin dejar de reir:
-Yo más bien diría que se encuentran en situación de "Byo-yomi", mucho más apropiado, sin duda,-y continuó con su risa mezquina sin dejar de mirar con ojos de leopardo al acecho a la pareja, sobre todo a la mujer; hasta su caballo piafó con furia con ganas tremendas de hacerlo caer de la silla.
Takeshi sintió un temor profundo, no por sí mismo sino por la concubina. Ya escapó una vez de las garras de los traidores y no permitiría que se la llevaran de nuevo.
-Ni se te ocurra ponerle una mano encima, Kasumi, o Jigoku despertará con el único propósito de separar tu cabeza de tu maldito cuerpo.-Hanako tembló de pies a cabeza y creyó en las palabras de Takeshi.
-No intentes luchar contra tu destino.-Respondió desafiante Kasumi.
-No pienso hacerlo, pero deja que ella se vaya.
-Ni en tus más profundos sueños se harán realidad tus deseos. Los dos vendréis con nosotros a La Estancia de las Mil Rosas.
Obligaron a la pareja a ponerse en marcha, les hicieron cabalgar en monturas separadas para evitar la tentación de huir el uno sin el otro, y pusieron rumbo al refugio de Bara, la Rosa de Kyoto, una mujer que lo fue todo en la vida de Takeshi mucho tiempo atrás.



REISEI  冷静 : Calma (serenidad).
KÔ : En el juego de Go, "infinitud".
BYO-YOMI : En el juego del Go, "Muerte súbita".  Cada jugador dispone de un tiempo concreto para cada movimiento en vez de uno global.  Al terminar el tiempo base del que dispone cada jugador, éste entra en byo yomi.
BARA : Rosa, flor del rosal.

Haiku:
Usuda Arô (1879-1951). Traducción de Vicente Haya.

Este relato es propiedad de su autora y está protegido.

12 Hablan los Danna:

Carolina dijo...

Hola a tod@s!!
Este...gracias por pasaros por aquí y dejar vuestros sabios comentarios. Sólo quería deciros que si escucháis un cierto ruido de fondo (aparte del llamador chino), es que hay un pequeño samurái dando guerra casi al final del blog. No acerquéis vuestro cursor a él o lo rebanará por la mitad. Disculpad las molestias pero me pidió alojamiento y no pude negarme...

Arena dijo...

En esta entrega hay odio...pero mucho mas amor, me gusta.

En cuanto al invitado que no has podido resistirte a dejarlo aqui cuando ha hecho añicos mi cursor me quedé mirándolo a los ojos(como el a mi,claro)y le he dicho...vamos a llevarnos bien, eh? miedo me ha dao!!

Un abrazo

Carolina dijo...

Hola Arena, claro que hay odio y amor para aliviar tensiones, pero, uyuyuy, me temo que va a surgir un problemilla entre la pareja.
El samurái es un pelín agresivo como buen soldado, pero es muy majo.
Abrazos.

Xibeliuss dijo...

Oh, oh... ya me temía que Kasumi no andaba lejos. Bueno, jejeje, por lo menos no ha llegado en el mejor momento.
Y Taro y Hoshi, aunque ahora entretenidos, acabarán en algún momento :)
Un abrazo!

Carolina dijo...

Xibeliuss, pues menos mal que Kasumi llegó "después" y no "antes", sólo nos faltaba otro "mirón". Y Taro y Hoshi...están en ello, jaja.
Abrazos!!

Mián Ros dijo...

Hola, Carolina,

Nos vuelves a dejar al filo de la preocupación con la suerte de los amantes.
No cabe duda de tu destreza como gran estratega de las letras, acorde a tus personajes en el arte y pericia de las katanas. Mantienes la intensidad de la luz de tu lámpara para que las fieles y entrometidas falenas de la noche no nos perdamos en el camino.
No me canso de leerte. Felicidades.

Besos, querida amiga.
Mián Ros

Carolina dijo...

Hola, Mián Ros.
Tus palabras consiguen ponerme las pilas, encender motores y volar...gracias por el piropo, me ilusiona que me compares "con el arte y pericia de las katanas".
Procuraré mantener encendida la luz para vosotros.
Besos, amigo mío.

Nieves Hidalgo dijo...

¡Por favooooooor! ¡Dónde has estudiado para bruja, Carolina? Escena caliente, caliente, amor entre Taro y Hoski y luego nos sueltas otra vez a Kasumi.
Hala, ya se ha vuelto a poner todo patas arribas.
¿No le puedes decir al pequeño samurai que le rebane la cabeza a este c..... ?

Besos angustiados.

Carolina dijo...

Nieves!, ¿y tú me lo preguntas?
Ya te dije que recibo ciertas influencias brujeriles de una cierta escritora de NR que me vuelve loca!. Las escenas calientes es que se agradecen...por cierto, ¿te sirvió el pai-pai que te envié, o lo tienes ya hecho polvo (uy!, que me sonrojo).
Bueno, Kasumi tenía que aparecer, pero lo que debéis tener en cuenta es que se aproxima un peligro aún mayor: Bara (ex-novia de Takeshi, te adelanto acontecimientos). La cosa se va a poner que...
El pequeño samurái es un incordio pero defiende esta vuestra casa!
Se llama Hiroki (me lo acabo de inventar).
Besos (no te angusties) de cariño inmenso.
Me revienta no haber estado en la firma de libros, joé!

Carolina dijo...

Por cierto, bienvenido seas, Ionel, último seguidor de Karyûkai.
Creo, si no me equivoco que eres un político rumano y además eurodiputado (??). Ay, mi madre!
Saludos europeos, pues, (si he acertado, sino, también).

Sidel dijo...

UOOOO!! Con lo bonito que era todo...tenía que aparecer el odioso de Kasumi, pero la historia ha dado un giro inesperado, ¿quién es esa mujer que lo fue todo antes para takeshi? Que intriga...continúo. Besotes.

Carolina dijo...

Sidel, esa mujer, esa mujer...dará más de un problema. Sigue, sigue...
Besotes, Lobo.