
Inazuma ni
Satoranu hito no
Tôtosa yo
Qué santidad
la del hombre que ante un relámpago
no comprende la Realidad
Tsuka y Nagasa se enfrentaron, mirándose retadoramente.
Se conocieron en la forja del maestro creador de los antiguos sables, para ser compañeros de los temibles soldados del Imperio. Sudor, acero, esfuerzo y maestría se reflejaban en sus miradas, en el filo rasgado de sus ojos. Se enamoraron, y entendieron que su...