
Ki ga areba
Me mo kuchi kodo
Mi mono wo iu
Cuando el deseo llega
Los ojos pueden hablar mucho más
Que la boca
El amor, cuántas veces pensó en el amor...
Aún se ruboriza al pensar en el deseo que la inunda, el deseo de sentir manos ajenas recorriendo su piel. Cómo serán esas manos de otro ser, fuertes, cálidas, primitivas e invasoras.
Se despertó perezosa y estiró con fuerza las piernas rozando con suave sensualidad la tela del tatami...